DOCILIDAD
Según el Espíritu es: ceder la conducción y
orientación de “toda” nuestra vida, a los designios amorosísimos y
providenciales de Dios y aceptar a estos como propios.
La docilidad nos ayuda a ser más sencillos, pues nos dispone
a escuchar con calma y atención, a considerar con mayor detenimiento las
sugerencias que nos hacen y a tomar decisiones más serenas y prudentes en base
a la información recibida.
En Madre María Luisa su proceso vital es un dinamismo basado en la acción de Dios y en
la docilidad y disponibilidad por su parte hasta conseguir la obra de arte. Ella
es la madera o la piedra que se deja labrar o esculpir… A base de golpes, de
renuncias etc.
Ella va describiendo en sus escritos autobiográficos, no
teóricamente, sino como relatos, las diversas vivencias que constituyen el
desarrollo de su vida. Viendo su vida, ve este proceso transformante que es
obra del Espíritu. En CPM 282 relata muy brevemente, en una
visión, este proceso como obra del Espíritu:
“Ella (la Madrecita)… Hizo pasar ante mí las innumerables gracias,
prodigios y milagros realizados en mí en el transcurso de mi vida, y... cómo
iba enriqueciéndose mi alma, cómo iba hermoseándose, cómo iba en aumento ese
amor que en mí sentía hacia el Autor de tantas maravillas… Cuando me hubo
mostrado todo esto me dijo: “Esto es el amor de mi Jesús para las almas. En ti
no ha sido trabajosa la obra, pues ha habido docilidad”.
Ella describe muchas veces su experiencia inefable, sobre todo
cuando la obra se nota más porque está culminando:
“Mora en mí Jesús de tan perfecta forma que cuanto hago es en El.
No es mía mi memoria. No es mío mi entendimiento. No es mía mi voluntad. Constantemente me veo regida, dirigida e
inspirada por el Espíritu de Amor…” (CPM 278).
“En todo momento lo siento en mí; pero así como si mi alma hubiera
dejado de existir, para que viva El: vivo porque mi cuerpo tiene vida, pero en
el espíritu no soy yo quien vive, es El. Ya no se trata de una comunicación o
simple encuentro... (CPM 283).
“Me veo embebida en El, y en ese estado en que mi alma se siente
transportada, no soy yo la que amo, obro, digo; es El en mí”. De aquí que yo no
puedo sustraerme de todo esto (CPM 286).
Resuenan las palabras de San Pablo en su carta a los Gálatas: “no
vivo yo, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20)
Es éste el primer aspecto más decisivo y más destacado del perfil
humano y espiritual de Madre María Luisa: su completa docilidad al Espíritu de
Dios.
¡PRONTO TENDREMOS
PROFESIÓN PERPETUA!!!
¡En Angola el 2 de Septiembre!!!
Felicitaciones!!!
Y desde ya oramos por ellas
para que sean dóciles al Espíritu
y buenas Religiosas!!!
De Izquierda a derecha:
Hna. Maria Npanza
Hna. Verónica Bernardo
Hna. Mariana Taca
Que Jesús, María y nuestra Madre Fundadora
desde el cielo les Bendiga!!!