Saludamos a Todos
en este día que Recordamos la vuelta a la Comunidad Celestial
del Padre Manuel
Hermanas, Hermanos, y laicos que le conocieron y siguieron sus consejos y los que no les conocimos y leemos sus charlas y espiritualidad, muy unida a la de la Madre María Luisa. Nos unimos en Oración para que desde el Cielo también interceda por esta Congregación y su Fundación...
En este 9 de julio, recordamos al Padre Manuel. Cumple 30 Años de su muerte, sus restos reposan en Hellín (Albacete) en el Panteón de las Misioneras de la Caridad y la Providencia.
El P. Manuel fue durante los últimos años de la vida de Madre María Luisa su Director Espiritual.
A la muerte de la Madre, fue el pilar más importante en la vida y desarrollo del Instituto y formación de las Hermanas.
El 25 de Agosto de 1988, Renueva el Voto de Víctima de Amor, hecho en tiempos de Madre María Luisa y en Enero de 1989 inicia en Honduras la Fraternidad de Misioneros de la Caridad y la Providencia con un grupo de jóvenes.
De Escondida en Jesús
D. Emilio, joven profesor del Colegio
de las Misioneras de la
Caridad , tenía amistad con un padre carmelita, paisano suyo,
el P. Manuel de San José. Le había hablado con frecuencia de Madre María Luisa
y le invitó a conocerla tan pronto viniese por Madrid. Así fue efectivamente.
El P. Manuel y Madre María Luisa se encontraron y hablaron ampliamente. Ésta
abrió su interior al joven carmelita y éste accedió a su petición de darles los
ejercicios espirituales en las fechas que tenía hábiles, a fínales de Junio,
del 18 al 26. El P. Manuel quedó impresionado por el talante y la profunda vida
espiritual que se percibía en esta mujer. Preparó con interés y gran ilusión
los ejercicios espirituales para la comunidad de las Misioneras de la Caridad...
En estos días de Junio y en
otros más de visitas, tuvo la ocasión y
la suerte de conocer más a fondo a Madre María Luisa. Fueron muchos ratos de
charla y de comunicación de vivencias espirituales... El encuentro con Madre María Luisa le
llevará a un encuentro consigo mismo, y a un
encuentro radical con el amor misericordioso de Dios. Providencialmente,
había llegado a sus manos un gran tesoro. Una preciosa, rica y delicada vasija
se ponía en sus torpes manos para ser embellecida.
De la admiración va pasando al
compromiso con la propia santificación y con la dirección espiritual de Madre
María Luisa. Le vienen al recuerdo las palabras del Santo Doctor místico sobre
los ciegos que quieren cegar al alma en estado de contemplación. Uno de estos
ciegos es el demonio, otro el alma misma, y otro, que el santo pone en primer
lugar, es un director espiritual sin conocimiento ni experiencia contemplativa.
Y aquí surge el que podemos calificar de milagro, como gracia de Dios....
Así “el padre” se hace también “hermano”,
en el camino de santificación mutua.
Será una ayuda fraternal durante estos años, de plenitud para Madre
María Luisa y de santificación para el
P. Manuel. Serán dos almas gemelas, viviendo el amor misericordioso de Jesús.
Vienen al recuerdo, salvando las grandes distancias, las almas de Francisco y
Clara, de Teresa y Juan. El P. Manuel escribirá unos años después de la muerte
de Madre María Luisa: “el Señor había establecido entre ella y yo una hermosa
hermandad espiritual, que había provocado en mí una verdadera conversión al
Señor, ya que mi vida había cambiado desde que la conocí”L a
vida del P. Manuel, también escondida, y tan importante para la vida de Madre
María Luisa merece un relato a parte, pero se inscribe en una larga serie de
almas que, por el contacto con Madre María Luisa, mejoran, se iluminan y
caminan hacia una mayor santidad....
Por orden del P. Manuel, Madre María
Luisa empieza a escribir su AUTOBIOGRAFÍA.
El P. Manuel desarrolla su actividad
ministerial predicando por multitud de pueblos y ciudades de España. Esto da
lugar a una correspondencia casi diaria por parte de Madre María Luisa. Esta le
abre pronto, totalmente, su alma, le explica todas sus vivencias y le pide
orientación espiritual y consejo para ella y para los asuntos de la misma Obra. Por sus CARTAS al P. Manuel, podemos conocer toda
su vida, desde Agosto de 1950 hasta su muerte...
El don de la confirmación en gracia,
trae consigo una promesa de una gracia más sublime, para Marzo de 1951: “El
veinticinco de marzo... ¡Qué ganas tengo que llegue!”.
El P. Manuel habla de Madre María
Luisa a las personas con las que se relaciona, y a muchas de ellas las pone en
contacto directo con ella. Religiosos carmelitas como el P. Guillermo
Gutiérrez, que es el director espiritual del P. Manuel, el P. Germán Estaun y
el P. Roberto de la Cruz
tendrán con ella durante estos años una relación frecuente y estimulante a
través de visitas y de correspondencia. El P. Roberto de la Cruz será el más comprometido
en la defensa de Madre María Luisa y en
el crecimiento de la Obra.
Todas las amistades seglares del P. Manuel y su misma
familia, mantendrán una relación afectiva con ella. Para muchos de estos
seglares ella es un estímulo hacia la santificación, como queda recogido en las
cartas que les escribe...
Muy pronto, en Octubre, surgen
complicaciones para ella y, sobre todo, para el P. Manuel, desde los niveles
oficiales de la Iglesia.
Los dos están cada vez más hermanados en el sufrimiento, que
es el crisol del amor a Dios. Son días muy duros, en especial para el P.
Manuel, que ni esperaba, ni había
experimentado nunca estas situaciones. El motivo no es otro que la dirección
espiritual de Madre María Luisa y las relaciones y visitas que ha establecido
entre ella y algunas religiosas. El día 20 de Octubre un decreto del P.
Provincial de los carmelitas le hace una primera admonición canónica para
echarle de la Orden. El
Obispo de Huesca, orientado desde Madrid, sanciona al P. Manuel con diez días
sin licencias. Un gran revuelo se ha armado en los Obispados de Huesca y
Zaragoza, enraizado en el Obispado de Madrid. Claro que, mientras unos le
sancionan, el Obispo de Ibiza le llama insistentemente para que vaya a predicar
el triduo oficial de la diócesis, con motivo de la declaración dogmática de la Asunción de la Virgen en el 1º de
Noviembre. Y surgió la Fundación de Hellín.