Debes participar del Santo Sacrificio de la Misa y posterior a su finalización, te acercarás al Sagrario donde frente al Santísimo leerás la oración de consagración.
Podemos entregar una intención pura de ser Todos de María, Totus Tuus.
OFRECIMIENTO
Cuando entregamos la petición, le hacemos un ofrecimiento a la Santísima Virgen. Este habrá sido meditado anteriormente, buscando entregar algo a la Madre, que sea de su agrado y a la vez, un medio para lograr nuestra santidad.
Puede ser apartarnos de algún pecado reiterativo, abandonar definitivamente algún vicio, hacer alguna obra de caridad material o espiritual. Rezar el rosario todos los días, o la coronilla a la Divina Misericordia, ofrecer ayunos, sacrificios o penitencias.
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
(Se lee al final de la Santa Misa, frente al sagrario)
Esta oración es la redactada por Juan Pablo II, Totus Tuus
Virgen María, Madre mía
Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
Te confío cuanto tengo y cuanto soy
Todo lo que he recibido de Dios
Te confío mi inteligencia, mi voluntad, mi corazón
Deposito en tus manos mi libertad
Mis ansias y mis temores
Mis esperanzas y mis deseos
Mis tristezas y mis alegrías
Custodia mi vida y todos mis actos
Para que le sea más fiel al Señor
Y con tu ayuda alcance la salvación
Te confío ¡Oh María! Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puros
Y me ayuden en el ejercicio de las virtudes
Te confío mi alma
Para que Tú la preserves del mal
Hazme partícipe de una santidad igual a la tuya
Hazme conforme a Cristo
Ideal de mi vida
Te confío mi entusiasmo
Y el ardor de mi juventud
Para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe
Te confío mi capacidad y deseo de amar
Enséñame y ayúdame a amar
Como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame
Te confío mis incertidumbres y angustias
Para que en tu corazón yo encuentre
Seguridad, sostén y luz
En cada instante de mi vida
Con esta consagración
Me comprometo a imitar tu vida
Acepto las renuncias y sacrificios
Que esta elección comporta
Y te prometo, con la gracia de Dios
Y con tu ayuda
Ser fiel al compromiso asumido
¡Oh María! Soberana de mi vida
Y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece
Para que camine siempre junto al Señor
Bajo tu mirada de Madre
¡Oh María!
Soy todo tuyo
Y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre
AMEN.
CONSAGRA TU VIDA A MARÍA
Ponte delante de ella, abre tus manos, preséntale toda tu vida, así, como un niño, con sencillez. Dile: todo tuyo soy María. Te consagro todos mis pensamientos, palabras y obras. No permitas que me separe de ti.
Permanece en silencio hasta que una sonrisa se dibuje en tus labios, y solo entonces, dale un beso y dile: Hasta mañana, ¡te quiero Madre!