Siguiendo en el Camino Cuaresmal, en este Cuarto Domingo de Laetare; esta alegría es porque, en medio de la espera de la Pascua en Cuaresma, está llegando ya a su final, se vislumbra la Resurrección en el Triduo Pascual.
Por ello nos hace reflexionar sobre la experiencia del “ciego de nacimiento” (Jn 9,1- 41). Nosotros estamos invitados a aprender a ver la presencia de Dios en el rostro de Cristo y así la luz. Jesús nos rescata de nuestra oscuridad. Estamos dispuestos a seguir en ella o seguir a Jesús: Camino, Luz y Vida.
Madre María Luisa a pesar de que tenía momentos en que la duda, la desolación y tristeza circundaban su corazón, ella nunca permitió que profundizaran en su ser, y fue virtuosa en el comprender que en medio de todo lo que pasaba el Señor nunca dejaba de estar a su lado:
Retiro Cuaresmal del Instituto Madre María Luisa - Honduras
¡Jóvenes sigan animados en el Señor!!!
¡¡¡JESÚS LES AMA!!!