Nuestra Madre Misionera
El Espíritu Misionero lo vive como un gran referente, Misión - Fundación, que constituye para Madre María Luisa "el Centro de mi vida" y que no es más que de desbordamiento de su ser en todo lo que hace, transformándolo místicamente, elevándolo al Señor como Alabanza. Desde su vida interior, para ella la Contemplación y misión van indisolublemente unidas.
La ejemplar y acrisolada humildad, junto con la sencillez y la alegría, y su lucha hasta conseguir la virtud de la mansedumbre, en medio de la vida personal y comunitaria muy dura, ponen en evidencia su elevada calidad espiritual.
¡No tengas miedo a la Misión encomendada!!!
¡Dios te Ama!!!
Sé fiel!!! Él lo será hasta siempre!!!!
Esa pequeñez, y para el mundo invalidez de la Madre, nos enseña que si amamos, logramos dar lo mejor de nosotros mismos, a pesar de que el mundo se burle o trate de detenernos.
Donde estés. Allí el Señor
en medio de lo que hagas, Él se glorificará
si obras de acuerdo a su Voluntad y Amor. Siendo cada vez Humano, Amigo y Cercano.
En este Año de la Misericordia,
Sé misericordioso, como Él te ama!!!