Misiones
"Sabemos, con toda claridad, que su objetivo vital, su misión, es ser misionera. Más en concreto misionera del Amor. Así lo plasma en su Congregación dandola el nombre "Misioneras de la Caridad y del Amor Misericordioso". Misioneras de la Caridad, como amor entregado a los demás. sobre todo a los más humildes y necesitados, y del Amor Misericordioso como el amor que imita y hace presente el mismo amor y el modo de amar a nuestro Dios.
El pequeño grupo
María Luisa, después de
aceptar la llamada vocacional del Señor y después de su
consagración total a Jesús, va configurando y afirmando, un pequeño
grupo cristiano muy vivo.
El pequeño grupo que se formó
hace tres años, en torno a María Luisa, para hacerse santas, sigue
su marcha y de alguna manera está consolidado como forma de vida.
Por otra parte, la vida interior de María Luisa ha crecido
enormemente hacia una mayor unión y comunicación íntima con Jesús.
Todo esto se manifiesta en una vida exterior más coherente y más
rica en el seguimiento de Jesús, en el ambiente concreto en que
vive. En línea con un buen discípulo de Jesús, María Luisa
escucha y responde a la llamada del Maestro “estando con El” y
“yendo a predicar”.
El pequeño grupo, enriquecido
con las vivencias espirituales de María Luisa y su afán misionero,
continúa con sus prácticas religiosas y su forma de vida, como una
verdadera comunidad de religiosas. Para situarse correctamente y
valorar adecuadamente esta realidad, es necesario recordar y no
olvidar que todo esto se realiza en el interior de un Asilo de la
época, es decir en un ámbito de gran pobreza, de práctica miseria,
entre personas deficientes física y mentalmente, marcadas por la
exclusión social. Un colectivo de pobres, realmente pobres.
Ella se sentía muy
responsabilizada con el cuidado y la guía de cada una de las
componentes del grupo y en especial de las más pequeñas. Para ello
se esforzaba en aprender, porque se sentía a la vez ignorante, torpe
y ruda para esta función. Su fuente principal de aprendizaje, en
esta tarea, estaba en la oración y comunicación con el Maestro,
Jesús. De El recibía las principales enseñanzas. Pero, al mismo
tiempo, procuraba beber en fuentes importantes de la espiritualidad
cristiana.
María Luisa había dado, en
estos años, un cambio considerable en su forma de ser y en sus
comportamientos. Las religiosas, que la conocían desde pequeña, lo
notaban mucho.
Si sus grandes defectos se
habían ido corrigiendo, sus cualidades y sus bondades iban en
aumento. Cada vez estaba más atenta para ayudar a las que no podían...
Empieza la misión
El fin de la guerra en Madrid,
a finales de marzo de 1939, fue para María Luisa como salir de una
cueva oscura, de unas catacumbas.
La guerra civil española fue
para ella una gran prueba de fidelidad al Señor. Como ella misma
reconoce, permanece fiel “gracias a la misericordia de Dios”.
Además, desde esa experiencia de un mundo convulso, de ambiente de
increencia y de persecución, del resultado de ruina y miseria para
muchísimas personas, su espíritu misionero de acrecienta y se va
concretando.
María Luisa ha empezado su
misión, y el primer paso ha sido asentarse en su pasado. Cerrar, sin
clausurar, una etapa de su vida.
María Luisa, cuando redacta
su Autobiografía, unos diez años después, escribe, como si se
tratase del título de una importante noticia:
“El día primero de Junio
dimos principio a nuestra misión”
Texto tomado de: Una vida Misionera
(A Pág. 50)
Inicia su trabajo en un taller
como bordadora. ¿La misión de María Luisa es trabajar como
bordadora? Tenemos tendencia a identificar misión con una acción o
una actividad. Ella ha vivido y ha aprendido de Jesús, que la misión
de toda persona convocada por El, es, ante todo, el estar con El.
Sabe que su misión es estar con Jesús, pero esto, no en solitario o
individualmente, sino en grupo, en comunidad. El día que dijo:
“¿quién quiere hacerse santa conmigo?”, hizo una doble
propuesta simultánea, la de hacerse santa y la de hacerlo en
compañía...
Sí, trabajando de bordadora,
en un taller llamado Cerro de los Ángeles, en la calle Montera de
Madrid, María Luisa empieza su misión, empieza a constituir el
grupo inicial, la primera comunidad religiosa, tal y como la vaya
indicando su Maestro, Jesús.
Ya son tres para empezar:
Consuelo, Martirio y ella. Ya están empezando la misión que Jesús
le encomienda. Realmente importaba poco el taller y el trabajo,
importaba sobre todo la misión, la formación de una comunidad. Una
comunidad religiosa en el mundo."
Autor: Don Alfredo Tolín
Aquí el enlace para que logren leerlo completo en formato Pdf:
UNA VIDA MISIONERA