Triduo Pascual

No importa cuantas Semana Santa hayas vivido hasta hoy. Porque es Hoy que el Señor te sigue llamando y que le entregues todo tu corazón. Su Misericordia es grande.
Cada día que pasa es un regalo de Amor de Dios para tu Vida. 
No lo olvides. 

La Conversión es día a día, seguir su Voluntad es día a día, minuto a minuto. ¡No te rindas! Él no se rindió, hizo la voluntad del Padre, y entrego su vida por la Salvación del mundo entero.


PASIÓN- MUERTE Y RESURRECCIÓN

En este Triduo Pascual, profundicemos en los misterios que se encierran en una gran Celebración de tres días. Acerquémonos a las Celebraciones no solo a la Procesión o ver pasar los Pasos. Es interiorizar, es vivir con Él, estar con Él. Resucitar con Él. 

La Madre María Jesús nos explica un ejemplo de como vivió la Madre María Luisa estos Misterios: 


"Pero Jesús no quería éxitos. La había escogido para ser su víctima de amor por este camino tan de prueba y abandono, principalmente de la Iglesia, que es lo que más dolía. Nunca se jactó de estas y otras muestras de amor y predilección con que Dios la favorecía.
       La Madre había conseguido permiso del Padre Pedrosa, su Director Espiritual para ayunar a pan y agua, lo mismo que a usar la disciplina ...
      Bien podía hablar e infundirnos el amor a la mortificación y penitencia, pues ella lo hacía, no de palabra, sino con su misma vida y ejemplo. ¡Buena predicación hacía!...
       ¿Qué intención tendría al obrar así?
       Seguramente, que el convencimiento de su nada y miseria, ante quien tanto la distinguía y favorecía.
       Cuando ayunaba a pan y agua, lo hacía en la misma mesa que nosotras. Se nos atravesaba la comida, viéndola a ella con esa clase de ayuno y además sin poderlo saborear, pues tenía quitado el gusto hacía ya años.
       En todo era ejemplar: ¡Lástima que nosotras no supiéramos estimar lo que era vivir con esta clase de personas! No lo apreciábamos ni distinguíamos debidamente."


Seguimos orando por todas las intenciones de la Iglesia y del mundo.  Por la paz mundial y de todos los que leen este blogger, tanto personales como comunitarias.
 El Señor sigue teniendo en su mano nuestras vidas y nunca las dejará ir, porque somos de Él. Le pertenecemos y ha pagado a precio  de su preciosa sangre.
También nos acogemos a su Santísima Madre que ha recorrido esta Vía con nosotros y cubriéndonos con su manto para Resucitar con Cristo.