Estamos en el Novenario del Nacimiento de Madre María Luisa

Sexto día de la Novena

del 

CVII Aniversario del Nacimiento de la 

Sierva de Dios 

Madre María Luisa

Novena

Compartiendo

¡Matagalpa de Fiesta Vocacional!!!

Fotos del Encuentro Vocacional de este 28 de Octubre

Encuentro Vocacional 28 de Octubre

Encuentro Vocacional!!!

28 de Octubre

Colegio Santa Teresita, Matagalpa

Séptima entrega de Algo...

Misioneras de la Caridad y del Amor Misericordios

¡Creciendo para el Señor!!!

Noche Oscura de Madre María Luisa

El año 1949 marca otro hito sobresaliente en la vida de Madre Maria Luisa. Está sola, sin director espiritual. Por ello, escribe en sus CONFIDENCIAS muchas páginas que nos muestran su vida interior situándose en la experiencia mística teopática que inicia la unión transformante y empieza a tener fenómenos extraordinarios exteriores. A primeros de Diciembre de este año 1949, su unión a Jesús se empieza a verificar, con mayor intensidad, en una identificación con El en su muerte redentora. Lo experimentará, por primera vez, de manera interior y exterior hasta la estigmatización. Y plasmará por escrito, con todo detalle, toda su experiencia, en un cuadernillo que ella titula “Primer septenario”.

Los años 1950 a 1954 nos ofrecen los momentos culminantes de la vida de Madre Maria Luisa.

Sigue la misión en el barrio de Madrid. El P. Manuel, carmelita descalzo, que recorre media España predicando, se hará cargo de la dirección espiritual de Madre María Luisa desde junio de 1950 hasta su muerte en junio de 1954. Será también, de hecho, con sus relaciones y orientaciones, cofundador de la Congregación y a través de él entran en relación con Madre María Luisa varios padres carmelitas, que serán su apoyo en muchos momentos difíciles personales y fundacionales. Entre ellos figura el P. Roberto de La Cruz que había sido provincial de la orden, religioso de gran prestigio, que jugará un papel decisivo en los últimos meses de la vida de Madre Mª Luisa y, sobre todo, inmediatamente después de su muerte, en la cimentación de la Congregación en Albacete.

Por mandato del P. Manuel escribe su Autobiografía y una carta diaria, que también es autobiografía diaria.

En el año 1951, el 13 de Mayo y los días siguientes, en sus cartas al P. Manuel, relata detalladamente su dolorosísima noche oscura. Al final, la amanecida dará origen a un día lleno de plenitud luminosa. Un día que durará casi tres años, los  últimos años de la vida de la Madre. Hasta su muerte en junio de 1954, la Madre habitará en las más altas cumbres de la experiencia mística: la unión transformante. Los fenómenos extraordinarios exteriores, que acompañan esta vida interior, siguen complicando más su vida y su tarea fundacional, con el rechazo de la oficialidad eclesial.

COMPARTIENDO

Tenemos pronto ¡VOTOS PERPETUOS!

La Hermana Marbelia, en  Matagalpa, va a realizar sus Votos Perpetuos, 

para Siempre Esposa de nuestro Amado Jesús.

Les presentamos la Invitación:

Este próximo 4 de Noviembre

en la Capilla Santa Teresita, Matagalpa

¡Bendiciones y Felicidades!!!

También nos envían un vídeo Vocacional.

Animo!!!

Desde Villacañas nos Comparten el Rosario Misionero

Y PANAMÁ NOS INVITAN MUY CARIÑOSAMENTE 

A LA  JMJ

¡Viva Jesús Joven!!!

Misioneras... Vivir de Amor...

Madre María Luisa ... 

Misionera por Amor...

Su vida es la vida de todos y por todos. Estar con ellos. Hacerles conocer y aprender otras cosas. Desarrollar su dignidad. Quererles y estimarles para que se estimen. Vivir con ellos, aportando vida... Que sepan hablar, cantar, jugar, trabajar, divertirse. Que descubran a Jesús como vida y amor.

Su misión, en definitiva, está clavada en el nombre y en el corazón de la comunidad. Se palpa el fin de la Congregación, que no es otra cosa que vivir el Amor de Jesús, pobre entre los pobres, para extender el amor a Jesús. Misioneras de la Caridad, amor que se vive, y que se hace vivir.

La Madre tenía muchos sueños, muchas otras ilusiones. Las principales nacían, no de su corazón, sino de su corazón encendido. Mucho más de su vida interior que de su propia inquietud. La misión estaba radicalmente inserta en su vida interior de unión con Jesús. Amaba tanto a Jesús, que ese amor se desbordaba  en los demás, para que todos le amen. Por eso es misionera y misionera de la Caridad. La Madre nunca puso límite a esta misión. Es más, la misión universal era una vocación tan fuerte en ella, que supo transmitirla a sus hijas. Como ella decía, la misión es “su sueño dorado”.

"Tratará a todas con caridad universal no haciendo distinción alguna entre ricas y pobres."

El siguiente Canto refleja ese deseo ardiente a la Misión...

Salí de mi España from MisionerasdelaCaridadylaProviden on Vimeo.

Sabemos, con toda claridad, que su objetivo vital, su misión, es ser misionera. Más en concreto, misionera del Amor. Así lo plasma en su Congregación dándola el nombre de “Misioneras de la Caridad y del Amor Misericordioso”. Misioneras de la Caridad, como amor entregado a los demás, sobre todo a los más humildes y necesitados, y del Amor Misericordioso como amor que imita y hace presente el mismo amor y el modo de amar de nuestro Dios.

¿Bordadora?. Tenemos tendencia a identificar misión con una acción o una actividad. Ella ha vivido y ha aprendido de Jesús, que la misión de  toda persona convocada por El, es, ante todo, el estar con El. Sabe que su misión es estar con Jesús en cualquier labor si se efectúa con AMOR... Cocinar, lavar, dar clases, etc. TODO ES MISIÓN SI LO SABEMOS ELEVAR A DIOS COMO OFRENDA...

Mcp extensión from MisionerasdelaCaridadylaProviden on Vimeo.

Sexta parte de Algo sobre la Madre...

Primeros Años de la Congregación...

En el año 1940, Maria Luisa siente la llamada del Señor a realizar una fundación misionera con el nombre de Misioneras de la Caridad y del Amor Misericordioso. Mientras trabaja en talleres de bordado, empieza los contactos y reuniones con amigas y compañeras de trabajo a las que propone e invita al proyecto.

El 8 de Junio de 1941 empiezan a hacer vida de comunidad en un piso alquilado en el extrarradio de Madrid. Eran cinco y tenían 25 pesetas. Estamos en la posguerra y en un suburbio. La pobreza en España es extrema. Ellas viven entre los pobres, como los más pobres. La comunidad se mantiene con su trabajo (poco rentable) de coser y bordar, llevando una vida de autentico noviciado religioso. “Fueron meses  de apuro. Con todo, la alegría y la paz no se turbó jamás.

En mayo de 1942 empiezan su misión concreta, de tipo educativo, en una casa de un barrio suburbial de Madrid. Durante el día clases para las niñas y por la noche trabajo para subsistir ellas y su Centro educativo. Siguen las penurias materiales y es necesario acudir a la “postulación”, a pedir por las casas de los barrios más ricos, recibiendo más insultos y vejaciones que limosnas. Maria Luisa se encuentra feliz viendo por todas partes las misericordias de Dios.

En octubre de 1943 consigue tener su primer director espiritual, el P. Pedrosa, religioso redentorista, que será  no sólo su guía espiritual, sino también su asesor y valedor en la redacción de las reglas de la comunidad religiosa y en el proceso de reconocimiento diocesano de la Congregación.

En los últimos meses de 1943 y los primeros de 1944, ya en contacto con el P. Pedrosa, Madre María Luisa empieza como a despertar de un sueño. Empieza a experimentar un sufrimiento espiritual que ella no sabe cómo definir, pero que explica detalladamente a su director espiritual. Le dice: “nunca he sido tan atormentada como al presente”. Es su primera gran noche oscura.

Desde mediados del año 1944 hasta mediados del año 1947, la vida de Madre María Luisa es de gran intensidad interior. Siguen las dificultades materiales, e institucionales, pero en el ámbito espiritual se mantiene la luz nacida después de la noche oscura.

Durante todos estos años hemos resaltado la pobreza enorme en la que viven, que incluye la soledad y tenemos que añadir, digamos con suavidad, la falta de aprecio por parte de la institución eclesial. Se suceden las visitas e intentos de visitas al Obispado por parte de Maria Luisa y del P. Pedrosa sin resultados de ningún tipo. No se les oye, se les desprecia, no se las reconoce oficialmente y se llega a prohibir al P. Pedrosa toda comunicación con ellas. Como ellas dirán: “éramos más pobres que las ratas” y estábamos “más solas que la una”. Y Maria Luisa escribe: “¡Qué bueno es Jesús que tanta fuerza me da!”. Su inquietud radical es ahora cómo amar más, cómo corresponder adecuadamente al inmenso amor de Dios que la inunda. Como diría Santa Teresa, a Madre María Luisa “hanle nacido alas” y “su Majestad quiere que vengan a vistas y juntarla consigo”.