Misioneras de la Caridad y la Providencia
DÍA: 09 de marzo, lunes
Lectura bíblica: Evangelio de San Lucas (6,36-38): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Se misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Madrecita: Empléate en juzgarte a ti y no pongas tu pensamiento en tus hermanos, no siendo para hacerles bien. Con esto, tu corazón permanecerá sin alterarse. (Confidencias, septiembre 1949)
M. María Luisa: Él no es juez en cuanto al castigo sino en cuanto a la Misericordia. Vayamos a Él con amor.(SA,SC,CPM,Carp30,Dom578)
Texto Iglesia: “No es fácil perdonar a través de nuestra propia fuerza, pero si abrimos nuestro corazón para darle la bienvenida a la misericordia de Dios, entonces, a su vez, somos capaces de perdonar a los demás”. (Papa Francisco)
PALABRA a trabajar: ESTAR (encontrarse)
Gesto a realizar: (Con Dios) En la práctica del Voto de Víctima “Dulce con el prójimo”, orar con el texto:(Confidencias agosto 1949)
Hijita mía, está atenta en lo que se refiere al contacto con tus hermanos los prójimos.
Mi pequeña, observa mi conducta en el trabajo con las gentes. A veces es conveniente, ceder, doblegarse, dejar hacer a los demás en contradicción al propio parecer. No te dejes conducir, en tu trato con los prójimos, por la simpatía o antipatía que te demuestren o en las buenas o malas acciones que contigo tengan, muévate tan solo mi mandato: Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. O también: lo que hiciereis a los prójimos a Mi lo hacéis.
Pequeña mía, si eres amable con tus hermanas, gustarás las dulzuras de mi Corazón.
Hijita mía, si quieres vencer alguna antipatía para con tu prójimo, haz algo bueno en su favor,
o también esfuérzate por hablar de él algo bueno todos los días. Si son malos los que te
rodean, toma precauciones para librarte de sus malevolencias, pero al mismo tiempo, permanece
en santa paz, recordando que en balde será se empeñen en dañarte, si Yo no lo permito. Hijita
mía, Yo que domino la tierra y los mares. ¿No podré contener el mal intencionado ánimo de las
criaturas?
(Con el prójimo) Tener gestos de misericordia y ofrecer el día por la conversión de los pecadores.