Cuaresma 2020
Misioneras de la Caridad y la Providencia
DÍA: 16 de marzo, lunes
Lectura bíblica: segundo libro de los Reyes (5,9-15a):
Llegó Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle: «Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio». Naamán se puso furioso y se marchó diciendo: «Yo me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”. El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio». Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle: «Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio”!». Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio. Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando: «Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».
Madrecita: Otro elemento para alcanzar la paz es la obediencia. Mi amado Hijo recomienda: "Si me siguierais y oyereis mi voz, os será comunicada la paz". (Confidencias, septiembre 1949)
M. María Luisa: Pequeña mía, toda alma que a Mí se consagra por los votos de pobreza, castidad y obediencia, debe considerarse clavada con los tres clavos de los cuales pendía mi Sacrosanto Cuerpo. … El clavo de la obediencia, por el cual se coloca en cuerpo y alma en manos de mis representantes, sus superiores, para que ordenen, hagan y deshagan en ella y todas sus cosas cuanto juzguen conveniente. (Confidencia septiembre 1949)
Texto Iglesia: “El nudo de la desobediencia de Eva, fue desatado por la obediencia de María”. (Sn Ireneo)
PALABRA a trabajar: ESTAR (quedarse)
Gesto a realizar: (Con Dios) En un momento de oración personal, “renovar el voto de obediencia. (Con el prójimo) Tener un gesto de amor hacia mis Superiores.